Alfredo María Bonanno: «Ninguna posición política de compromiso tendría que ser aceptada.»
(ENTREVISTA DE COLUMNA NEGRA, Noviembre 2012)
La presente entrevista al pensador se
llevó a cabo por un corresponsal de Columna Negra a propósito de un
encuentro realizado en la ciudad de Monza, Italia, los días 24 y 25 de
noviembre del año pasado, momento en que llevaron a cabo algunas
discusiones respecto al momento actual represivo mundial, la situación
mapuche, entre otros. Este primer intercambio de ideas con Alfredo María
Bonanno devino en lo que ustedes leerán a continuación.
CN:
Considerando los escenarios de crisis a escala global, caracterizados
por la deslegitminación masiva de los referentes politicos
tradicionales, la desestablizaciones económicas y sociales como las
vividas en Grecia y España, etc., ¿cómo podemos comprender la emergencia
de las practicas insurreccionalistas que usted planteó desde fines de
la década del ’70 hasta mediados de los ’90s, considerando las diferencias del momento actual con el contexto donde estas ideas fueron desarrolladas?.
AMB:
Es cierto que hay considerables dificultades de parte del capital
internacional para reestructurar la propria organizacion represiva y
productiva. Esta situación, que ya se acarrea desde algunos años, viene
de la llamada “crísis”, pero no se trata de una crísis en el sentido de
contradicción radical que anuncia el pasaje a una situación que podría
devenir intolerable por el futuro de la gestión capitalista. No hay nada
en estas enfermedades períodicas del dominio que sea pueda conducir de
manera determinante a una posible situación irrecuperable y entonces
revolucionaria. Para que este acontecimiento pueda comenzar a tener
algunos elementos de sentido revolucionario (mayores dificultades de
recuperación y de control de parte del capital internacional) se
necesita de nuestra participación activa, y es aquì donde es primordial
la intervención insurreccional real y verdadera.
Las
experiencias hechas a partir de los años Setenta, hasta por lo menos al
final de los años Noventa, demuestran que las realizaciones de caracter
insurreccional como ataques en contra de responsables y estructuras del
capital, sabotajes a la producción, abtención politica y productiva,
expropriación, reapropriación del proprio tiempo, etc. – pueden
contribuir al terreno fértil en el cual se puede hacer avanzar hacia la
insurrección real y verdadera, osea la materialización de una serie de
ataques de amplia dimensión que puedan tener como resultado
transformaciones visibles (politicamente recuperadas en formas de
procesos modificativos de las estructuras de dominio) o bien
transformaciones menos visibles pero más duraderas y eficaces, es decir
realizaciones prácticas que contribuyan a formulaciones de lo que hemos
llamado “proyecto insurrecional”.
CN:
Siguiendo diversos análisis las crisis actuales se presentan como
expresión de una situación de catástrofe generalizada, la que se
visibiliza, entre otras cosas, en un abierto alejamiento de los estados
de sus máscaras democráticas, y en la abierta militarización de la
represión. Sobre esto, ¿De qué manera la prácticas del anarquismo
insurrrecional pueden propiciar una resistencia y generar las
condiciones de ruptura que permitan poner el escenario de una manifiesta
Guerra Social en ciernes de parte de los explotados?
En
definitiva, lo que está intentanto realizar el proyecto represivo y
productivo en curso es simplemente una restructuración a todos lo
niveles, para garantizar los ingresos base a los grandes inversionistas
extranjeros y tranquilidad a la explotación, lo cual ha sido siempre el
objetivo de estos. Es nuestra tarea intervenir en el choque con la
máxima decisión posible, para buscar combatir este proceso. Los medios
que tenemos a disposición son aquellos insurreccionales. El ataque, la
autonomía organizativa de las estructuras mínimas de base, la
informalidad de estas estructuras organizativas, la destrucción del
enemigo, la autogestión generalizada.
CN:
Otro de los factores relevantes que ha surgido durante el último tiempo
es un empoderamiento ciudadanista que ha tendido a reforzar posiciones
izquierdistas que son movidas tanto por la precarización de sus vidas,
como una defensa ante las grandes coorporaciones, ayudando a frenar la
proliferación dinámicas antagonistas. En este sentido, por un lado
¿cúales son las posibilidades que pueden abrirse desde las prácticas
anarquistas para frenar este ímpetu ciudadano? Y por otro, ¿cómo cree
usted que desde la trinchera antagonista podemos romper con el
arriconamiento al que hemos sido llevados por el ciudadanismo, y lograr
ir allá de ubicarnos “a la izquierda de la izquierda”?
AMB:
Cualquier forma camuflada de cambio, como puede ser el ciudadanismo,
tarde o temprano muestra su cola politica y se ve desenmascarada por los
hechos. Se trata de colaboraciones indirectas que el poder recibe de
parte de aquellos que temen lo peor y por eso se adaptan a obtener una
simple prolongación de la cadena. No se necesitan grandes análisis para
indicar lo que se necesita hacer en contra de estos lamebotas del
capital. En su lugar, hay que comprometerse en el ataque que podemos
realizar con nuestras fuerzas, sin buscar posibles compromisos con
fuerzas politicas que no nos pertenecen y que hoy en día costituyen la
última línea ofensiva del capital, la que es quizás la más eficaz en la
recuperación.
El proyecto
insurreccional, identificable en la organizacion informal de base y en
el asalto destructivo contra toda realización de la represión, necesita
sin duda alguna de ideas, informaciones más detalladas y conocimientos
que difieren en función de las diferentes situaciones geográficas que se
presentan, pero no puede alejarse de sus directrices principales:
ataque, autonomia, informalidad, autogestión.
CN:
Entendiendo que la crítica anárquica tiene como eje constituyente la
problematización del Estado, ¿cuáles cree usted que son los puntos de
cuestionamiento y trabajo respecto a una crítica anti-estatal que se
vuelven imperiosos desarrollar para favorecer el actual despliegue de
prácticas anarquistas?
AMB:
Los anarquistas son evidentemente antiestatales. La crítica anarquista
es directa a la aniquilacion del Estado, aunque la práctica no se limita
a la espera que el Estado se encuentre en dificultad para salir a las
calles y luchar concretamente en darle el último empujón.
Casi
siempre los anarquistas están presentes en luchas intermedias, o sea
determinadas a problemáticas locales que la gente tiene en lugares
geográficamente determinados. Estas luchas buscan reducir la represion
que pesa sobre una pequeña parte de la población de un lugar, pero tiene
una gran importancia para todos los explotados en general si se
plantean correctamente enfocadas desde el punto de vista del método y
del proyecto insurreccional.
CN:
Las propuestas de la acción informal surgieron como una búsqueda de
formas de ataque más directo. No obstante, ya durante la década del ’90
con el “Caso Marini” se han llevaddo a cabo por parte del Estado una
identificación de las prácticas informales (ya sea por montaje o
infiltración), llegando al actual proceso contra la FAI-FRI y el “Caso
Bombas” en Chile. Respecto a esto, y según vuestra experiencia, ¿qué
elementos de la propuesta y las prácticas de informalidad deben ser
revisados?
AMB: El
Estado ha trabajado casi veinte años antes de enfocar de manera precisa
(hasta a un cierto punto) las estructuras organizativas informales de
base y el método insurreccional. De hecho, el poder no tiene medios
suficientes para predecir todas las iniciativas informales debido a la
enorme potencialidad creativa de éstas últimas. Cuando el ataque se
realiza a partir de las características organizativas informales, o sea
de manera extendida en el territorio, libre de cualquier contaminación
politica, directo a destruir pequeños objetivos -y no por este motivo
menos significativos-; en otras palabras, cuando se evita centralizarse
hacia un unico objetivo, o hacia pocos objetivos bien visibles y
calificados, [la acción] no puede ser facilmente detenida.
Se
tendría que poner mucha atención en eleccion de estos objetivos,
evitando dejarse seducir por aquellos extremamente visibles (hace falta
pensar a los seguidos ataques que en Grecia los compañeros están
realizando en contra del Parlamento del país), que por esto están más
protegidos y al final son escasa importancia. El estudio de los
objetivos corresponde al conocimiento del territorio y también al
análisis de la relación que trascurren entre capital local y capital
internacional. Muchos de estos conocimientos son ahora facilmente
hallables (basta pensar en lo que se puede encontrar en Internet) pero
algunas otras son mas dificiles y requieren un estudio verdaderamente
profundo.
CN: En el
contexto de Luchas de Liberación Nacional y la relación con los
movimientos anarquistas, en particular con la del Pueblo Mapuche en
Chile, hemos tomado en cuenta vuestro análisis y propuestas escritas en
el 76, “Anarquismo y Liberación Nacional”. En el caso Mapuche, desde los
años 90, principalmente dos pensamientos antagonistas se ven
enfrentados. La primera que contiene a nuevas generaciones mapuche con
planteamientos políticos anticapitalista, de reconstrucción política-
económica y cultural, autónoma es decir, en ningún caso de integración
al estado chileno. Su visión política traspasa las fronteras de su
territorialidad reconociendo en otros pueblos del territorio de chile, y
del mundo a hermanxs explotados, aprendiendo y solidarizando con sus
experiencias de lucha. La segunda, grupos mapuche que postulan a una
representatividad política dentro del estado, inclinándose a formar
partidos mapuche nacionalistas y tener un reconocimiento constitucional,
marginando las luchas reales de resistencia mapuche autónomas, a
simples grupos minoritarios, por el hecho de no conformarse ni
identificarse con la izquierda mapuche ni menos con la socialdemocracia
mapuche.
Entendiendo este nuevo
contexto, de mapuche partidistas integracionistas, situación que se ha
dado en otros movimientos de liberación nacional del mundo, pero que en
chile es un fenómeno reciente post dictadura de Pinochet – democracia.
¿Qué nos podría comentar o sugerir desde su conocimiento de experiencias
de liberación en nuestros días? , ¿Qué ideas podríamos plantear en
nuestra propuesta de lucha anticapitalista, mapuche e internacionalista,
en apoyo y defensa ante el nuevo pensamiento de algunas comunidades
mapuche hermanas?
AMB:
La lucha de Liberación Nacional siempre se ha visto por parte de un
anarquista como una fase intermedia, como una lucha intermedia. Esto, en
mi opinion, sucede tambien hoy dia con la lucha del Pueblo Mapuche.
Ninguna posicion politica de compromiso tendría que ser aceptada, más
que la de una radical y completa liberación respecto al Estado chileno.
Se trata de una posicion que solo teoricamente es muy simple, pero en lo
pratico presenta muchas dificultades en cuanto no es aceptada
enseguida, sin objecion, por parte de muchas fuerzas que se ilusionan
con poder colaborar dentro de ciertos límites con las fuerzas del
izquierdismo progresita chileno, para luego alejarse e ir más allá. Se
trata una pura ilusión cuantitativa, o sea, que piensan a través de
manera atraer a cuanta más gente sea posible a su lado para realizar una
presión eficaz contra el el Estado chileno. Básicamente, este camino no
tiene salida, y el caso irlandés, y muchos ejemplos africanos, están
allí para dar testimonio.
Hoy en día,
el Pueblo Mapuche se encuentra en condiciones más definidas. Puede
entender que la sola opción que le queda es aquella de una clara lucha
en contra del Estado chileno y en contra de todos los Estados. De la
creación de una entidad mapuche no-estatal en un futuro próximo, libre
de la hegemonía chilena, pueden surgir muchas posibilidades de
liberación. pero quizás también algunas posibilidades de una nueva forma
estatal mas pequeña, y por lo mismo, represiva. No hay que temer, el
destino Sin miedo, el destino de las luchas de liberacion nacionales a
menudo es este. Se tendrà que volver a empezar la lucha en el mismo
punto que se dejó, sin miedo y sin contraddiciones políticas.
De
todas maneras por el momento no es tanto una cuestión de lo que
sucederá después de la “liberación”, sino de aquello que se tiene que
hacer hoy, antes de la “liberacion”. Y lo que se tiene que hacer hoy
corresponde precisamente con la lucha insurreccional anarquista en
contra del Estado chileno